Malcriado

Durante mi infancia, mi madre se encargó de dejarme en claro que no era el único en el mundo y que debía compartir no sólo con mi hermano menor, sino que también con otros niños. Por esta razón empecé un camino hacia la escolaridad a la edad de 3 años, convirtiéndome en un adorable pequeño de cara redonda, amigable y social. En mi casa eramos cuatro, asi que compraban todo en estrictas porciones iguales para todos: los paquetes de galletas traían 10 galletas, asi que a cada uno nos correspondían cinco galletas, ni una más, ni una menos; no podía comer segundos platos de comida, había postre sólo en ocasiones especiales y mi madre jamás demostró ningún favoritismo, por lo menos hasta que tuve suficiente edad como para descifrarlos, como resultado final surgió una persona más o menos decente y nada de macriada, o eso creía hasta ahora.

Hoy en la mañana, después de una noche de mucho tequila, resaca y dolor de estómago, me encontré a mi mismo reclamándole a mi polola porque no me había avisado oportunamente para comprar un agua mineral sin gas... y derrepente, soltó la frase que nunca me tocó escuchar en la infancia: "Te tengo malcriado", con una pequeña sonrisa, no sé si de autocompasión o de solapado contento. Y así nada más, bastó hacer un pequeño repaso mental para constatar que un montón de llamadas, mensajes de texto, visitas, regalos, y atenciones varias como desayunos, almuerzos, y cenas, además de favores, consuelos, apoyos y mucha paciencia habían actuado en mí. Y quizás sea un malcriado ahora, pero me gusta y no tengo ninguna intención de dejar mi pequeño reino de tostadas en la mañana y de llamadas de buenas noches. Es mío, es parte de mí y lo amo. He alcanzado un nivel de perfección raramente visto fuera de las comedias románticas.

En otras noticias renové mi carnet de la biblioteca y acabo de notar que mi mp3 murió